«Al Borde», la pobreza en primera persona
«Al Borde», la pobreza en primera persona

«Al Borde», la pobreza en primera persona

El exilio en el imperio Romano consistía en encontrarse el exiliado privado de sus derechos y ventajas del ciudadano, el destierro no era más que una medida administrativa que únicamente se podía adoptar contra los no ciudadanos romanos.

La película “Al borde” de Cesar Gonzales nos muestra una imagen cruel e instantánea de sectores que de una u otra manera están exiliados en sus derechos ciudadanos. Un registro de respuestas sencillas a miles de preguntas que nos obligan a intentar entender desde dónde nos responden. 

 

 

Abandono real en algunos casos, trabajadores que hacen de sus vidas un esfuerzo constante y sienten que no pueden construir un futuro alternativo.El mundo de las clases más populares con sus contradicciones, pero con la fuerza de su presencia, su anclaje social en el trabajo, desde cooperativas o desde empresas sus deseos de ser ciudadanos con derechos son casi una exigencia.

La película está estructurada en la dinámica de preguntas y respuestas.Cesar se mete en lugares donde quizás otros no podrían. La gente pondera un ideal de vida que no aparece por ningún lado.La tareas son diversas y las voces forman un collage de deseos y sensaciones que en un punto los iguala, y es ese exilio interno, ese lugar del olvido donde llegan sólo políticas de ayuda o compensaciones, pero de ninguna manera se los rescata de allí.

Podemos intentar entender así cuales son sus prioridades, su realidad dista mucho de la comodidad de las clases medias que pueden replantearse situaciones y discursos.La inseguridad los acecha desde todos lados, a la madrugada, en la parada del colectivo, en esos trabajos en negro y descartables, en la changas que cada vez se pagan menos.

 

 

Estos ingredientes son los que motorizan sus elecciones políticas, desde un Milei que como una caricatura simboliza sus broncas y frustraciones, hasta alguna relación de fidelidad con un peronismo un tanto desdibujado. Es una sucesión interminable de personas trabajando y contestando al mismo tiempo, sincerándose con un lenguaje gestual y corporal  brindándole un contexto de transparencia. 

La película es dura porque la verdad y la realidad es dura también, es un aviso hecho imagen de lo que puede pasar si seguimos haciendo la vista a un lado. Ellos están allí repitiendo las mismas tareas, sintiendo las misma frustraciones, pero esta vez registrado en una película que los detienen en un tiempo y nos avisa.

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