Homenaje al lenguaje del cine en formato super 8. El acceso a la herramienta de registro en movimiento de los eventos familiares, también puede ser la puerta a la pampa hollywoodense o a un empanada western. Todo sincretismo es posible para un apasionado realizador de lo doméstico.
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Hace unos años, Néstor Frenkel filmó un documental sobre Federación, la ciudad de Entre Ríos que la dictadura de Videla mandó inundar para construir Salto Grande. Cuando buscaba imágenes de los años ’70 de la ciudad desaparecida, encontró en Concordia a Jorge N. Mario, odontólogo, coleccionista, cineasta amateur que no solamente tenía imágenes de Federación, sino películas propias en Súper 8, desde westerns hasta largos sobre su casamiento pasando por películas de espionaje. Y a partir de conocer a Jorge surgió Amateur, un documental único que va del mundo del cine casero a un personaje entrañable e increíble. Un odontólogo de la ciudad de Concordia, provincia argentina de Entre Ríos, presenció a sus 10 años la filmación del western “Way of a gaucho”, de Jacques Tourneur. Atento a su afición por el cine, apenas obtuvo una cámara super 8 filmó su primer western. 40 años después, es momento de hacer la remake de su ópera prima.
Equipo
La película desde mi butaca
El documental tiene dos partes bien marcadas: la primera es un collage que rescata la inocencia y la improvisación de la gente cuando tiene que transformar un momento común en acontecimiento. Es allí donde la catarata de saludos y risas a la cámara nos llenan de empatía para estos improvisados actores que no tienen idea que hacer mientras los filman. Casi podemos imaginar al director, que empuña la suer 8, diciendo «hagan algo que los estoy filmando». Allí los chicos se lucen y nos recuerdan las miles de morisquetas que todos hacíamos en recreos o en cumpleaños. La mayoría de las veces se trata de inmortalizar eventos como casamientos y cumpleaños y la riqueza de estas imágenes son un monumento a la naturalidad. Es casi un documento de que como éramos en la década de los 70. Constantemente, con algo de pudor contenido, todos aparecen riendo y bailando en un pantallazo de los nuevas cambios culturales que asoman de a poco en estas cintas. La búsqueda es poner en movimiento las fotos, no se marcan acciones a seguir, se registra personas vivas e intentando dar algo de ellas para la inmortalidad, y eso es más que suficiente. El collage es de una riqueza que abarca todo, un sinopsis de que hacemos cuando festejamos y que hacemos cuando nos miran.Frenkel elige y compagina como un jugador de ajedrez que siempre da jaque mate al espectador.
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La segunda parte es el registro del odontólogo Jorge Mario, este es un personaje muy particular, parece haber quedado impregnado por películas de westerns, que si bien tienen acción y una trama de venganza y traiciones, son historias que de alguna manera representan más a sus juegos infantiles con los amigos del barrio. Hay un recorrido personal en la construcción de algo así como un soporte técnico para poder hacer películas. Jorge recurre primeramente a amigos y se lanzan con coraje y corazón a hacer una de cowboys. Luego ira transformado su experimentación en otras busquedas, todas nobles y desafiantes. Hace con lo que tiene películas sobre animales y sobre todo más historias del oeste. Jorge tiene una pasión y vive en la dirección de lo que ella le reclama: cine, artistas, ficheros con fotos con actores, también administra subastas de filatelia, hobbies que rescatan desde la adultez ese componente lúdico para transformarlo en algo creativo.Todo es Amateur, nada adquiere ninguna otra categoría artística, pero a su vez es una radiografía generalizada de muchos que sueñan ser parte de ese cine que marcó sus infancias como apéndices de una felicidad que no quieren dejar ir.
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