Tras las huellas de Mengele (y sus huesos)
Tras las huellas de Mengele (y sus huesos)

Tras las huellas de Mengele (y sus huesos)

En junio de 1985, los restos del Ángel de la muerte fueron exhumados en el cementerio de una pequeña comunidad rural de Brasil. Josef Mengele aparecía otra vez ante el mundo. ¿Cómo fue que uno de los máximos jerarcas nazis fue a morir a ese lugar recóndito? ¿Quiénes lo protegieron durante más de cuarenta años? ¿Qué secretos revelan sus huesos?

EQUIPO TECNICO

Director TOMÁS DE LEONE/ALEJANDRO VENTURINI- Guión TOMÁS DE LEONE/ALEJANDRO VENTURINI/DIEGO FERNADEZ ROMERAL- Fotografía NICOLAS PITTALUGA- Edición ALEJANDRO VENTURINI- Diseño de sonido FRANCISCO SEOANE- Música MANUEL PINTO- Productor/es MAIA MENTA/TOMÁS DE LEONE/ALEJANDRO VENTURINI- Compañía/s Productora/s DLCINE / PANDA FILMES/ BRETZ FILMES/ CANAL BRASIL.

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Child survivors of Auschwitz. Standing next to the nurse are Miriam and Eva Mozes. Behind them (wearing white hats) are Judy and Lea Csenghery. Both sets of sisters are twins.

Josef Mengele

El médico de las SS Josef Mengele efectuó experimentos médicos inhumanos, y con frecuencia fatales, con prisioneros de Auschwitz. Se convirtió en el más notorio de los médicos nazis que hicieron experimentos en el campo. El sobrenombre de Mengele era “el ángel de la muerte”. Se le recuerda por su presencia en la rampa de selección de Auschwitz.

Josef Mengele, German physician and SS captain.

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Josef Mengele, médico alemán y capitán de las SS. En 1943, fue nombrado médico de la guarnición militar de las SS (Standortartz) de Auschwitz. Como tal, tenía la responsabilidad de diferenciar y seleccionar a quienes eran aptos para trabajar y a aquellos que serían destinados a las cámaras de gas. Mengele asimismo realizó experimentos con los prisioneros del campo de concentración

Josef Mengele es uno de los personajes de más triste fama del Holocausto. Su trabajo en Auschwitz y los experimentos médicos que efectuó ahí lo convirtieron en el perpetrador más reconocido de los crímenes cometidos en ese campo. La vida que pasó oculto durante la postguerra ha llegado a representar el fracaso internacional en los esfuerzos por llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes nazis. Debido a su triste celebridad, Mengele ha sido objeto de numerosos y populares libros, películas y programas de televisión. Muchas de estas representaciones distorsionan los verdaderos hechos de sus crímenes y lo apartan de su contexto histórico. Algunos lo representan como un científico loco que llevaba a cabo experimentos sádicos sin bases científicas.La verdad sobre Mengele es aún más perturbadora, ya que se trataba de un médico e investigador altamente capacitado, así como un veterano de guerra condecorado. Era respetado en su campo y trabajó en una de las principales instituciones de investigación de Alemania.
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Gran parte de sus investigaciones médicas en Auschwitz apoyaban el trabajo de otros científicos alemanes. Fue uno de docenas de investigadores biomédicos que hicieron experimentos con los prisioneros de los campos de concentración nazis. Y también fue uno de los muchos profesionales médicos responsables de seleccionar a las víctimas que serían asesinadas en las cámaras de gas de Auschwitz. Mengele actuó de conformidad con las normas de la ciencia alemana bajo el régimen nazi. Sus crímenes son una muestra del peligro extremo que representa la ciencia cuando se desarrolla al servicio de una ideología que niega los derechos, la dignidad e incluso la humanidad de ciertos grupos de personas.

Los avances en el campo de la antropología forense fueron un recurso clave a la hora de esclarecer los crímenes de lesa humanidad y suelen aplicarse en procesos de búsqueda e identificación de las víctimas. Ese tipo de procedimientos puso en práctica el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) durante los juicios a los genocidas de la última dictadura cívico-militar y la restitución de identidades impulsada por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

En 1985, sin embargo, hubo un episodio peculiar porque esos avances fueron utilizados para identificar los presuntos restos de un victimario: nada menos que los del criminal nazi Josef Mengele, por entonces el más buscado. Este recorrido sigue Tras las huellas de Mengele, documental dirigido por Alejandro Venturini y Tomás de Leone.

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Alejandro Venturini : «El caso había tenido una repercusión internacional enorme en la época. Tomás comenzó a profundizar en la investigación y armó un primer boceto de guión, que luego fuimos trabajando en conjunto . Al investigar más sobre el caso, encontramos una conexión muy fuerte con la Argentina porque, más allá del dato conocido del paso de Mengele por nuestro país, cuando se realizó el análisis forense de los restos para identificar si era su cuerpo o no, algunos de los peritos que participaron de la investigación (como Clyde Snow y Eric Stover) fueron piezas claves en el armado y capacitación del EAAF, que en ese entonces comenzaba a trabajar con las víctimas de los crímenes de lesa humanidad en nuestro país».
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Diego Fernández Romeral, coguionista del film y periodista de Página/12, dice que «el origen de la historia era muy atractivo porque, en el momento en que se descubrieron estos restos, la comunidad internacional se partió». Los juicios de Nüremberg eran bastante recientes aún y había muchos criminales de guerra prófugos, entonces «esos restos podrían convertirse en la estrategia perfecta para que un criminal pudiera desaparecer por completo del mundo al darlo por muerto». La primera reacción de la comunidad judía internacional representada por Simon Wiesenthal fue poner en duda el relato. «Ellos estaban convencidos de que esos no eran los restos de Mengele», por lo tanto, «en esos huesos se escondía mucho más que una identidad».

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La película:

Como se puede ocultar un elefante en medio de una plaza vacía: Llenándola de elefantes.

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El documental repasa los desafíos y complicaciones que tuvieron que seguir los médicos y científicos forenses para identificar los huesos enterrados de un tal «Señor Pedro» que había sufrido un ACV en las playas del Brasil. El film relata las circunstancias que indujeron a pensar que ese cuerpo era el de Mengele. Hace un recorrido histórico, visualmente rico e informativamente preciso y le da la importancia simbólica que tiene determinar que el monstruo alemán este muerto. Por entonces los cazadores de nazis hacían su trabajo detrás de cuanta pista apareciera, y aqui tienen todo un rompecabezas que encajaba perfectamente.Se relata el escape de jerarcas nazis a la Argentina, Paraguay y Brasil con las correspondientes complicidades políticas.

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El trabajo de los directores en cierto momento se centra en cuestiones muy específicas, como los procedimientos de peritaje para comparar cráneos, mandíbulas y dientes con los datos antropométricos de la ficha de Mengele en la mismas SS.Imágenes de archivo documentan cómo fue el proceso de exhumación a cargo de los peritos brasileños, el rol de la prensa, los posicionamientos de la comunidad científica internacional, las dudas de la ciudadanía y los procedimientos de peritaje.

Los mismos directores lo caratulan como un thriller científico. En el que con una escasa tecnología, pero con una  gran vocación de trabajo, la creatividad genera resultados.Todo este relato es apasionante, vemos como lo que hoy, una computadora y un analisis del ADN hacen en una investigación, en ese pasado era sólo producto de la capacidad intelectual de un grupo importante de científicos. Es muy ameno el recorrido del film, ya que se apoya en las declaraciones de todo tipo de testigos, sean estos pobladores, vecinos circunstanciales o el de Lea Zajac de Novera, sobreviviente de Auschwitz a quien el propio Mengele seleccionó para hacer experimentos.

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La voz de un periodista nos indica el camino a seguir, allí estadísticas y datos conviven con una historia de intriga y suspenso, y sobre todo con el horror de la verdad histórica y en imágenes, que aunque ya vistas, incomodan constantemente nuestra propia conciencia como especie civilizada.

Para narrar la epopeya científica hablaron con varios de los protagonistas: Eric Stover y Lowell Levine, médicos forenses de Estados Unidos que participaron de los peritajes y también Daniel Corach, una eminencia en el campo de la genética que fue consultado sobre las capacidades de Mengele como investigador aclarando que el médico asesino no había producido ni un solo paper de relativo interés para la ciencia más allá de su crueldad y su sadismo. La total integración de los distintos científicos constituyen una unión compacta y es esto lo que refleja «Tras las huellas de Mengele».

El resultado es la transformación de un monstruo, que no aportó más que dolor y crueldad a la ciencia, en un buen vecino, educado, ameno, reservado y amante la naturaleza del lugar  y que escuchaba música clásica como un último acto de su perversidad. Finalmente el elefante se escondió dentro de la manada, solo por un poco más de tiempo.

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Pablo Kulcar
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