El hombre que amaba los platos voladores es una película que narra la historia de un periodista muy popular en la década de los ochenta, José de Zer, quién irrumpió en la televisión por sus informes sobre los fenómenos extraterrestres, generando impresionantes niveles de audiencia. La película relata cómo José llega a la conclusión que el tema de los avistamientos es una veta a explotar y tiene que convencer a la autoridad del canal (Alejandro Romay) para que lo habilite artísticamente y económicamente a emprender esta cruzada.
El medio era el famoso canal nueve, que por entonces era el más “amarillo” de todos en el tratamiento de la información.Fiel a su estilo, tenía larguísimas notas sobre hechos policiales, choques y sobre todo riñas entre vecinos. El noticiero se jactaba de tener una mirada popular y cercana a la gente. José de Zer era portador de una personalidad inquieta, genuinamente irrespetuoso con las normas y sobre todo con un micrófono buscando “la noticia”.
Diego reconstruye la época casi didácticamente para poner los hechos en el contexto y entender la forma en que De Zer trabajaba.Visto con los ojos actuales todo parecería un paso de comedia. El periodista decide emprender un viaje junto a su camarógrafo de confianza,Chango,para cubrir la aparición de un misterioso círculo marcado en un pastizal ubicado en un pueblo pequeño del norte argentino. Dado el rating y la respuesta de la audiencia, se embarca en la búsqueda de estos fenómenos paranormales en el Cerro Uritorco en Córdoba. Allí despliega todo su histrionismo y construye falsos relatos, con falsos testigos y en falsas cuevas con marcas encriptadas de inexistentes seres extraterrestres.
Toda la recreación es un verdadero hallazgo, la interpretación de Leo Sbaraglia, como el periodista, le da el toque justo entre comedia y drama.La película describe hechos y personalidades, sobre todo lo que específicamente ese noticiero tomaba como noticia para generar publicó, en una TV que no competía con las redes sociales y tenia dinero para casi todo.Mentir era válido, era solo un engaño momentáneo.La direccion de la película desarrolla con pulcritud la historia, la interpretación de Sbaraglia logra copiar el tono de voz característico del periodista y se impone como un punto neurálgico del film.
Es un relato que fluye con naturalidad, con actuaciones que estan a la altura de lo que se pretende de ellas, muy disfrutables y que enriquecen nuestro tiempo de espectador. La calidad pasa por todos los puntos: un buen guión, actuaciones de nivel y una dirección que da en la tecla precisa para hacer de»El hombre que amaba los platos voladores» una excelente película.
Está protagonizada por Leonardo Sbaraglia, Sergio Prina, Osmar Nuñez, María Merlino y Renata Lerman.
Se estrenó en los cines antes de ser lanzada en Netflix .
Diego Lerman
«Es una película sobre aquello en lo que uno cree, en lo que no cree, y cómo las creencias exceden lo racional. Y las creencias, ya sea en ovnis, religiones o lo que elijamos creer, están instaladas en la humanidad desde sus inicios. La película, entonces, tiene más que ver con las creencias que con el fenómeno extraterrestre».
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