En la era de los efectos especiales y la IA,»Sin Códigos» es lo más humano que tiene el cine, creatividad puesta a servicio de un género específico. Respetando todos sus códigos de estilo y con un relato que hace foco en la riqueza de sus imágenes, atrapa y seduce, entre penumbras y silencios.
FESTIVALES
Festival de Cine de Berlín
Nominada Premio de la Audiencia
Festival de Cine Alemán en Buenos Aires
SINOPSIS
Doce años después de su huida, el delincuente profesional Trojan regresa a Berlín y es contratado para robar un valioso cuadro en un Museo de la ciudad. Pero el golpe, meticulosamente planeado, pronto se saldrá de control.
ELENCO
Mišel Matičević, Marie Leuenberger, Alexander Fehling, Tim Seyfi,
Marie-Lou Sellem.
FICHA TÉCNICA
Guión y Dirección: Thomas Arslan
Dirección de fotografía: Reinhold Vorschneider
Música: Ola Fløttum
Productores: Florian Koerner von Gustorf, Michael Weber, Anton Kaiser
País: Alemania, 2024
Duración: 101 min
La película:
Tenemos en mente lo que debe ser un film de suspenso e intriga, deberá generar en nosotros un interés atrapante, sin desbordarnos, y una constante necesidad de dilucidar que está por pasar y que está detrás de lo vemos. Esto es exactamente “Sin Códigos”, un entramado de sucesos que componen de forma lineal un relato básico y comprensible.No hay dobles sentidos, ni contextos que incidan en lo que pasa. Simplemente unos delincuentes muy profesionales son contratados para robar un cuadro y así lo hacen.Con efectividad y sin producir ningún daño, ni humano, ni material. Lo han planificado lo justo y necesario, ya están muy aceptados sus movimientos y no desconfían entre ellos. La conductora es una piloto de pruebas, el que interfiere las alarmas es (como casi siempre) asiático y los que robaran son dos tipos rudos, pero tan cautos como perfeccionistas.
Así sucede todo, en un ambiente de tensión constante.Casi no hay diálogos, solo los suficientes y cuando se suceden, refieren a lo básico entre las partes.Las actitudes corporales son rígidas, como si quisieran ejemplificar un estereotipo del delincuente efectivo, concentrado y casi perfecto.
El trato se realiza por partes: en una oficina muy iluminada y en un depósito muy oscuro.Todo parece un trámite, pero es un mundo donde la palabra a veces es solo una teatralización de lo que se piensa. El film mantiene una dinámica que está construida magistralmente.La cámara y las actuaciones sincronizan una pintura visual.Los silencios y las oscuridad de la noche son el andamiaje por donde rueda la historia.La dirección de cámara es perfecta, sin exagerar nada, logra todo. Estamos pendientes y desconfiamos de todo lo que vemos.
Las imágenes son cuidadas artísticamente, tienen el color y el ritmo adecuado. Todo se acopla en un rompecabezas exacto para dar cuenta de un género cinematográfico que encuentra aquí su ADN perfecto.
Sin Codigos podría convertirse en una película de culto, es un paso a paso de lo que es el cine. Tiene la dosis mínima de acción para ejecutar el desarrollo secuencial de la historia. Los actores están bien acoplados a la maquinaria del film. Nadie muestra algo de humanidad, están 24 horas comprometidos con su profesión de delincuentes, salvo la escena en un bar, donde dos de ellos sonríen y hacen referencias a sus vidas después del delito. Está contada mayormente en imágenes y secuencias que rinden sus frutos.
Es casi indispensable degustar esta película donde lo predecible de ninguna manera nos relaja. Su director es responsable de que no podamos dejar de verla en un silencio cómplice con el de sus protagonistas.
EL DIRECTOR: THOMAS ARSLAN.
Nació en Braunschweig, Alemania, en 1962, pero pasó parte de su niñez en Ankara, Turquía, donde asistió a la escuela primaria. En 1972, regresó a Alemania. Tras graduarse en la secundaria, realizó el servicio de sustitución militar en Hamburgo. Después de estudiar Alemán e Historia en Múnich durante dos semestres, se inscribió en la Academia Alemana de Cine y Televisión en Berlín. Trabaja como director de cine y guionista desde 1992. A partir de su debut en largometrajes con Macht die Musik leiser (1994), sus películas han sido invitadas a la Berlinale en varias ocasiones, con filmes como Dealer (1999), Der schöne Tag (2001), Aus der Ferne (2005) y Im Schatten (2010).
Nació en Braunschweig, Alemania, en 1962, pero pasó parte de su niñez en Ankara, Turquía, donde asistió a la escuela primaria. En 1972, regresó a Alemania. Tras graduarse en la secundaria, realizó el servicio de sustitución militar en Hamburgo. Después de estudiar Alemán e Historia en Múnich durante dos semestres, se inscribió en la Academia Alemana de Cine y Televisión en Berlín. Trabaja como director de cine y guionista desde 1992. A partir de su debut en largometrajes con Macht die Musik leiser (1994), sus películas han sido invitadas a la Berlinale en varias ocasiones, con filmes como Dealer (1999), Der schöne Tag (2001), Aus der Ferne (2005) y Im Schatten (2010).
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