¿Cuando sentimos que nuestra vida ha cambiado para siempre?
La noticia de una enfermedad, de un fallecimiento o simplemente nuestra propia apreciación de lo que nos esta pasando, pueden imponernos un gran cambio. Guillermo Francella es Antonio, un tipo común, tan común como su entorno, en un lugar casi de privilegio: gran puesto en una firma, casa acomodada en un lugar relajado como Mar del Plata, tres hijos y con una esposa joven y hermosa: Susana( Carla Peterson).
De repente surge una enfermedad y todo como en una calesita, comienza dar un giro indescifrable. La angustia de necesitar una operación de riñón es un secreto que el protagonista guarda con mucho celo, pero las dificultades para conseguir un donante ira construyendo un fantasma que lo cerca y lo captura: la posibilidad de la muerte.
La historia mantiene ese hilo conductor. En un principio Antonio es acompañado por su familia, su mujer y su hijo le dan algo de crédito y lo sostienen. Hasta aquí la película nos hace empatizar con el dolido y sufriente protagonista. Pero ese apoyo se diluye, y Antonio debe recurrir a lo único que le salvara la viada, el tráfico de órganos.Este giro transforma el film en thriller psicológico,la personalidad del enfermo se torna cínica y obsesiva. Conoce a quienes serán sus posibles proveedores, una pareja que vive al borde de todo y a la espera de nada. Casi sin darnos cuenta, la cámara va mostrando rostros y muecas que se ponen cada vez mas tensas. Establece con ellos un contrato de palabra sobre la paga del riñón a recibir, pero estos están muy lejos de querer cumplirlo.
La película se tensa, el pobre hombre enfermo se topa con Gabirel, un muchacho despiadado, con una vida deshilachada y una pareja embarazada, interpretado magníficamente por el actor Marcelo Subiotto. Su actuación es tan convincente desde la estética hasta la practica, su persona se convierte en una verdadera pesadilla. Su cinismo miserable comienza una espiral ascendente y por allí van todos, perdiendo prejuicios y valores.
Ya no hay enfermo ni curación, son animales salvajes agazapados por una única presa: un riñón. Lucy es la pareja de Gabriel, espera un hijo de ambos y los manipula todo lo que puede. La actriz Mercedes De Santis compone a esta joven, que se percibe a si misma más humana de lo que es, pero no escapa a la norma y carece de piedad o escrúpulos.
Francella interpreta a un hombre desesperado, pero por ahora moralmente contenido. Esta agazapado por su propia educación y moral y pretende salirse de la ley lo menos posible. Lo demuestra en cada gesto, en los tonos de su voz, en cada mueca que intenta a soportar lo que le sucede. Su estallido de furia es un hecho predecible. La otra parte, esa parejita sin prejuicios y con una estructura moral un tanto ecléctica, se muestran débiles, pero maquiavélicos. Sus docilidad se esfuma y dan el zarpazo final sobre su presa.
Todo se precipita de forma inesperada, pero con cierta lógica dado las características de los protagonistas. La indispensable aparición de un amigo, Elías (el actor Federico Salles) cierra el círculo. El guion se deja llevar por este conflicto casi en forma predecible, pero genera la tensión que los actores imponen con su trabajo. Nada podrá detener a Antonio, ni la extorsión a la que lo someten, ni el respeto por su amigo, ni el amor de su mujer e hijo. Cae en una sombra y oscuridad que el director recrea como inevitable. La encrucijada final es en una clínica, allí todos tienen su momento y nada volverá a ser como antes.
La película de Armado Bo es un thriller sicológico que se humaniza de a ratos. La locura y la naturaleza humana por subsistir están de uno y de otro lado. Las escenas acompañan cada clímax sin pretensiones artísticas más que las necesarias. Todos cumplen plenamente su parte. La donación de órganos es un tema que nos penetra desde una trama creíble. El final es lo que su director soñó que fuera, y cada espectador podrá ser juez y parte. Sentir que el orden de las cosas volverá a restaurarse o que nadie, absolutamente nadie, saldrá indemne de esta pesadilla.
FICHA TÉCNICA |
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Nombre: ANIMAL, argentina, duración 110” |
Producción general: Axel Kuschevatzky |
Dirección: Armando Bo, |
Guion: Nicolás Giacobone |
Guillermo Francella : Antonio, Carla Peterson: Susana (esposa), Marcelo Subiotto: Gabriel, Mercedez De Santis: Lucy, Federico Salles: Elias |
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