«La luz que imaginamos», un tenue esperanza…
«La luz que imaginamos», un tenue esperanza…

«La luz que imaginamos», un tenue esperanza…

 
La luz que imaginamos
 

Sinopsis

Prabha, una enfermera que vive en Mumbai, rehuye su sufrimiento entregándose por completo al trabajo. Cuando un día, recibe un regalo inesperado, no puede seguir escapando al pasado que hasta ahora ha intentado alejar. Anu, su joven y alocada compañera de piso, busca un lugar en la ciudad donde poder hacer el amor con su novio. Las dos chicas viajan hasta una ciudad de la costa. Allí, un bosque tropical se convierte en el espacio de libertad en el que podrán por fin expresar sus deseos.

 
La luz que imaginamos foto crítica.

 

Para salir adelante en India, tres mujeres se han asentado en la populosa ciudad de Mumbai. Prabha, una mujer muy responsable, es enfermera en la maternidad de un hospital, su matrimonio fue concertado, y hace más de un año que apenas tiene noticias de su marido, que está trabajando en Alemania; vista la situación, el doctor Manoj hace tímidos movimientos para cortejarla. Anu es su joven compañera de piso, también enfermera, algo alocada y espontánea, tiene una relación amorosa clandestina con Shiaz, un joven musulmán, pues socialmente aquello no está bien visto. Finalmente está la viuda y experimentada Parvaty, que trabaja en las cocinas del hospital, y a la que quieren desalojar de su piso, pues no tiene papeles que demuestren que es la propietaria. Tocará volver a su pueblo de origen, y le acompañarán en el traslado Prabha y Anu.

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Desde mi butaca

Es casi irrespetuoso sacar de su contexto cultural a una obra artística, esta tiene el lenguaje que sus creadores manejan. Intentar que todo pase por el prisma de un cine occidentalizado al extremo, es casi necio. Esto nos permite entender el juego de miradas, siempre sutil, de los protagonistas y su dificultad para encarar cambios profundos en sus vidas. Pero el cine se trata de esto, de retratar lugares e historias y aquí hay una bien contada. La trama gira alrededor de tres mujeres, cada una tiene una hombre detrás que motoriza la propia. Prabha es enfermera y esta atada a una decisión cruel de su propia cultura, la casaron con alguien que se fue a trabajar al extranjero y con el que casi ya no tiene vínculos, pero esto es suficiente para que se anule a cualquier otra posibilidad de cambio. Vive en una especie de espera permanente y su cara apenas disimula que se esta consumiendo.Su compañera de cuarto y de trabajo, Shiaz, está enamorada de quién no es el candidato que sus padres eligieron para ella y esto es una sentencia a un exilio de familiar y como consecuencia, de una madre que todavía necesita. Un tercera mujer será el puente para que de alguna manera estas historias tengan una especie de respiro emocional. La directora nos lleva a una situación donde entendemos que una cultura esta por sobre situaciones particulares, pero al poner la cámara sobre estas, nos dice que es necesario algún atajo emocional para que se pueda intentar ser más feliz.

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La india se nos presenta llena de personas en una ciudad que tiene progreso, pero que no derrama en las protagonistas, quienes viven de forma precaria. Hay una constate registro de primeros planos y allí los rostros parecen temer a expresar lo que sienten. Los ojos de casi todos son un lenguaje que trascienden las culturas particulares, y allí esta puesto el foco de la directora. Una historia pequeña en la superficie y muy profunda en su contexto histórico. Casi una fábula de la vida de algunos sectores de un país, al que estigmatizamos y no conocemos en profundidad. Una trama que parece limitarse o contenerse, pero es verdadera y esta siendo espejo de historias muy personales. Un cine que intenta y logra, ser registro de su origen, con arte y recursos que nos obligan a seguirla hasta el final. La película es un cuento que aspira a nuestra sensibilidad y se apoya en los ritmos y en una atmósfera visual que nos seduce y atrapa.

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Payal Kapadia 

Es la guionista y directora de una película costumbrista y ritmo parsimonioso, que con intenciones casi documentales refleja la condición de vida femenina en la India, a través de tres personajes de caracteres muy diferentes, bien definidos e interpretados por Kani KusrutiDivya Prabha y Chhaya Kadam. Estamos lejos de las típicas producciones de Bollywood, y más cerca de la sensibilidad de cineastas como Mira Nair. De algún modo se quiere señalar que algo está cambiando en la sociedad india, las mujeres no se resignarían al destino que tradicionalmente se les asigna y estarían dispuestas a tomar libremente y sin imposiciones sus propias decisiones.

 

Tal planteamiento se logra transmitir gracias a las protagonistas: Prabha es seria y responsable, pero debería afrontar la situación a la que su marido la ha abocado, lo que se sugiere con la escena del hombre ahogado, de sabor onírico un tanto desconcertante; los modos desinhibidos y despreocupados de Anu no pueden ignorar que su amor por Shiaz requiere decisiones valientes, el futuro está antes sus narices, el tiempo pasa; y de algún modo Parvaty es un catalizador, ella toma una resolución, y las otras mujeres debería seguir su ejemplo.

 

Pablo Kulcar
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