SOMBRAS CHINAS

 

 

Es un artista multifacético que ha incursionado en la música, la escultura y la fotografía, el dibujo y la pintura, hasta encontrar su verdadera vocación en el cine. “Sebaztian Baz” es una de sus personalidades, asumiendo los roles de guionista, productor y director. Las otras personalidades son Sebastián Dadone (Editor, Director de Arte), Sebastián De Niro (Actor) y Hans Sebastian (Diseñador y Editor de Sonido, y compositor musical). Sombras Chinas es su opera prima. Anteriormente, filmó cortometrajes y videoclips musicales.

 

 

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«Sombras Chinas nació de una necesidad: contar cómo mostramos en las redes una vida editada para que se vea mejor, mientras la vida real sigue al costado del camino y la diferencia entre ambas se vuelve cada vez más difusa. Mi generación es bisagra, porque conoció el antes y el después, el mundo analógico y el de la virtualidad. Tal vez por eso todavía podemos notar la diferencia, y volcar una mirada crítica sobre este mundo.  Amo el arte, me permite divertirme, y después de pasar por muchas disciplinas encontré en el cine una que las reúne a todas, y que me permite explorar y retratar el mundo de distintas maneras. Con el equipo de producción buscamos concretar una experiencia cinematográfica única: sumergirnos como espectadores en un celular gigante, para ridiculizarnos, entretenernos y reflexionar sobre nuestra relación obsesiva con la tecnología omnipresente. Hecha con recursos limitados, Sombras Chinas demuestra que con creatividad y dedicación se puede hacer cine impactante y con voz propia»

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Formato Vertical para Pantalla Grande

Sombras Chinas ha sido concebida para ofrecer una experiencia visual única, utilizando el formato vertical optimizado para pantallas grandes de cine. Esta elección de encuadre vertical se convierte en una herramienta narrativa poderosa. Es un proyecto de cine independiente, hecho de manera cooperativa, donde cada miembro del equipo aportó su trabajo, tanto creativo como económico. La inversión total fue de U$D 18.000, con el aporte de un inversor privado y la colaboración de los miembros del equipo, lo que representa solo el 6% de lo que costaría producir una película de presupuesto medio en Argentina. Este bajo presupuesto no impidió que el equipo lograra un filme de gran valor de producción, gracias al esfuerzo individual de manera cooperativa. A lo largo de 30 jornadas de rodaje, los actores, la cámara y el operador de cámara se convirtieron casi en una sola entidad, estableciendo coreografías fluidas que aportaron un dinamismo único a la película. 

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Una cosa que tiene que ser el arte es disruptivo e innovador y también podemos agregarle: ser referente de su tiempo. Muchos aspiran a tomar la posta y hacer un cine que exponga actitudes y tendencias, pero Sebaztian, lleva esto a un lugar superlativo: una película de forma vertical, un experiencia cinematográfica que se mimetiza con un celular, para jugar con la ironía y los desvaríos que su uso y abuso afectan a nuestras vidas. Como exponer todo esto? Obviamente, la mejor manera es en el lenguaje de quienes lo construyen, por lo que la peli esta centrada en una joven obsesionada con su aspecto físico y su visualización mediática. Es allí por donde la trama se mueve entre el grotesco y la ironía. La exposición de cosas personales es un continuo desborde que traerá consecuencias. Hay un tema que es eje central del pensamiento de Candela: como hacer que su novio Ramio, no se aleje de ella.

El director y guionista tiene bien claro el lenguaje que este formato requiere y la película se llena de primeros planos y de relatos autorreferenciales. Todo llevado al lugar que mejor le queda, la parodia. La vida de una influencer toma un color y una dimensión nueva, lo que vemos en la pantalla es una imagen acotada, es un inmenso celular y todos somos eso que Candela llama «mi gente». Constantemente los rostros y los gestos dan todo lo que tienen, para captar muestra atención y bien que lo logran. La protagonista pasa de la sonrisa mas banal y plantificada, a una rabieta adolescente de intolerancia infantil. Es un juego de composición que se lleva los mejores aplausos. En cada situación esta a la altura de lo que la historia le reclama y nos encandila con un mapa de gestos y muecas que exponen su capacidad de actriz. El elenco conjuga perfectamente los verbos de este nuevo idioma, son las chicas, con una alegría obsesiva  y a veces neurótica, las que marcan el pulso exacto que la película requiere.

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El relato tiene una bipolaridad constante y en ella, todos los actores se lucen, van  y vienen, en una actuación pendular entre la frivolidad y la tragedia. El remisero que las lleva, compone un ser indescifrable con pequeñas dosis de cinismo y una conducta misteriosa camino a un desenlace imprevisto. La comedia esta siempre presente. El manejo de cámara hace gala de un ejercicio físico en pos de la construcción artística y logra los resultados que busca. Todo es dinámico y momentáneo, las secuencias son apenas flashes de lo esta pasando. La dirección acierta con el ritmo y la música es un soporte exquisito y fundamental.

Una nota aparte es la actriz que en el comienzo, con una sensualidad casi al borde de algo que no sabemos que es y con una gestualidad que subraya cada palabra, da un relato en forma de prefacio- moraleja poética, de introducción ambigua. Se mueve entre el erotisno y la pamtomima, es sugerente y enigmática y nos regala su belleza en sintonía perfecta con lo que  en la pantalla esta por suceder. Sombras Chinas es una meta alcanzada, un riesgo propio de los que se sienten capaces de entender al arte como un desafío constante.

La película asume los riegos de intentar sorprendernos desde algo tan lleno de recursos como es el cine.

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