El filme de Jonathan Glazer muestra la vida cotidiana y feliz del responsable del campo de Auschwitz junto a su esposa y sus hijos, separados apenas por un muro del principal centro de exterminio donde murieron asesinados más un millón de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Rudolf Höss.
En 1933 fue aspirante a las SS, incorporándose definitivamente en 1934. Ese mismo año llegó al campo de concentración de Dachau, siendo nombrado Jefe de Bloque en 1935, y desde ese momento fue ascendiendo progresivamente hasta que en 1938 fue trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen y nombrado oficial ayudante, teniendo a su cargo el estado de comandancia.
En 1940 fue nombrado Comandante del campo de concentración de Auschwitz donde organizó técnica y administrativamente las ejecuciones en masa, por lo que sería conocido como «ejecutor servicial y pequeño burgués».
En sus notas autobiográficas redactadas más tarde en prisión, recuerda:
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«Por voluntad del Reichsführer de las SS, Auschwitz se convirtió en la mayor instalación de exterminio de seres humanos de todos los tiempos. Que fuera necesario o no ese exterminio en masa de los judíos, no me correspondía ponerlo en tela de juicio, quedaba fuera de mis atribuciones. Si el mismísimo Führer había ordenado la solución final del problema judío, no correspondía a un nacionalsocialista de toda la vida como yo, y mucho menos a un Führer de las SS, ponerlo en duda.»
(Fuente: Museo Estatal de Auschwitz: Auschwitz in den Augen der SS.)
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Detenido en 1946, en el proceso de Nuremberg declaró como testigo y luego fue extraditado a Polonia, donde en abril de 1947 fue condenado a la horca y ejecutado en el antiguo campo de concentración de Auschwitz. Estando en la prisión Inglesa, escribió sus memorias «Yo comandante de Auschwitz», donde relata los acontecimientos y su postura personal, a veces marcada como mártir. En el último párrafo del libro (Págs. 175-176) escribe: «Nunca fui cruel y no he maltratado a nadie, ni matado a ninguno de los reclusos con mis propias manos».
La película desde mi butaca
Una casa cómoda, con un hermoso y amplio jardín con pileta, es la vivienda familiar del responsable del campo de concentración de Auschwitz y el escenario de «Zona de interés», de Jonathan Glazer y nos muestra la vida cotidiana y feliz del comandante junto a su esposa y sus hijos, separados apenas por un muro del principal lugar de exterminio ubicado en Polonia, en donde murieron asesinados más un millón de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. La película está inspirada en la novela de «The Zone of Interest» de Martin Amis y Glazer plantea un relato desde el día a día del militar y su familia.La falta de empatía y de humanidad se aplica tanto a Höss (Christian Friedel) como a su esposa Hedwig (la formidable Sandra Hüller, protagonista de «Anatomía de una caída» y «Toni Erdmann»)
Una pareja feliz, construye una familia que también se obliga a serlo. Para la esposa del comandante es un sueño, es todo lo que siempre deseo tener y solo necesita hacer oídos sordos a lo que pasa en el edificio de al lado, este es el verdadero punto de la historia.La pelicula habla de lo que no se dice, de lo que no se escucha y de aquello que no tiene entidad.El campo de concentración, contiguo a su idílico jardín y separado por solo un muro, es una construcción social del aparato de guerra al que de ninguna manera piensan cuestionar. Sus privilegios esta sostenidos en ello, ropa que les viene de los judíos asesinados tienen marcas de quien las usaron, pero en esa casa solo son un botín de guerra.
El pensamiento ha sido domesticado y la crueldad resignificada como justicia.Se pude naturalizar el horror? si obviamente, se lo despoja de la connotación maligna y se le asignan características que lo hacen aceptables a la ética que se quiere imponer. El nazismo es un hacedor de psicópatas que pasan desapercibidos porque los demás también lo son, solo la cantidad impone la norma, sobre todo para esta gente emblemática e insignia de un país que se está construyendo desde la muerte.
Hoss es cínico e insensible, su actitud está mecanizada por las indicaciones de un poder omnímodo que lo vigila y del que se siente parte.No esta en condiciones de cuestionar una realidad que no lo afecta y es la construcción de “aquella” que su Führer le prometió y se merece.El director trabaja meticulosamente los guiños y marcas que exponen el horror.Está en los gritos que se escuchan y en los disparos que intuimos asesinan prisioneros,pero jamás está presente en imágenes, es una melodía que acompaña la historia y su compás es ignorado por los personajes.
La naturaleza banal de la familia nos incomoda, los rostros temerosos de algunas de sus sirvientas nos recuerdan que nada es lo que parece.La figura de la mamá de Hedwig trae un poco de dignidad.Las reuniones de jerarcas nazis estan retratadas con cierta incomodidad de parte del comandante Höss, intentando mantener una frialdad disfrazada de obediencia y esperando un reconocimiento que justifique todo el esfuerzo que pone en construir ese desatino social en el que vive dia a dia.
La película transcurre linealmente en una armonía que solo algunos hechos descoloca.El jardín es un lugar donde poder ser sensibles,el mismo Höss se inventa un rasgo de humanidad con un cachorro al que acaricia en plena calle. Por otro lado, todos se traicionan en solitario, el comandante con una reclusa que hace tareas domésticas y su mujer con un jardinero, al que intuimos un prisionero.
Zona de interés es una obra ejemplar, deja de lado las escenas de dolor para exponer el cinismo más escabroso de quienes hacen de su vida un cuento idílico,donde hay valores insustanciales, vacíos y atados a una ideología sanguinaria que se devora cualquier destello que intente descifrar lo sucede del otro lado del muro.
Los gritos, los disparos y hasta la fetidez de las chimeneas contiguas y siempre prendidas consumiendo cadáveres, serán negadas dia tras dia por esta hermosa familia aria, en un constante goteo de su poquísima capacidad humana y como una dote a pagar a su eterno y supremo führer.
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