«Dime quien soy» es básicamente un documental sobre un secreto no bien guardado
Los hechos reales….
Se pude olvidar todo lo que hasta un momento te conformaba como individuo, como un otro más, y sobrevivir a ese vacío? No es solamente responder a la pregunta «quién soy», sino también a «que es todo esto». La singularidad nos constituye y para eso necesitamos donde anclarla. Es en los recuerdos cotidianos donde nos reconocemos como personas con determinadas características.
Que pasaría si perdiéramos todo en un solo instante. No sabríamos como ser, no tendríamos una estructura moral o ideológica de la realidad. No recordaríamos como nos relacionábamos, ni con quienes lo hacíamos. En definitiva, no sabríamos como actuar, aunque mas no sea imitando a ese que fuimos.
El accidente y la amnesia…
Esto es lo que le ocurrió a Alex Lewin, uno de los protagonistas de «Dime quien Soy», película que cuenta su historia y la de su gemelo Marcus. Un accidente en moto a los 18 años, le produce un daño irreparable. Sufre de amnesia permanente, y absolutamente todo aquello que tenia archivado como recuerdo desaparece de su memoria para siempre.
«Dime quien soy» cuenta ese largo camino que comienza con la sencillez de aprendizajes básicos y domésticos y terminará en una revelación mas que perturbadora.
Este documental del director y productor británico Ed Perkins, estrenado en 2019, es básicamente una historia de superación y comunión fraternal. Alex despierta en un hospital luego de su accidente. La cámara nos dará imágenes de cuan difusa ve la realidad.
Entre esa confusión existe una única certeza, ese que esta a un lado de su cama, es su hermano gemelo. La mujer que intenta animarlo es su madre, pero no la reconoce, ni lo hará nunca. Con el tiempo aprende a conocerla, al igual que a su padre, su casa, sus amigos y a su infancia… Marcus, su hermano, será guía y maestro a la vez.
Alex aprende a querer a su madre, se siente impactado por su personalidad extrovertida y sociable. También aprende a conocer a su Padre, hermético y distante. Tiene un primer indicio de algunas anormalidades ; los dos hermanos viven en un apartado a la casa principal y su hermano le aconseja no hacer preguntas al respecto.
Marcus es un archivo viviente, inmediatamente comprende que tiene el poder de decidir cuales serán los recuerdos que su hermano atesore como parte de su pasado. Decide armar un rompecabezas seleccionando las piezas. Su infancia será la de una familia feliz con excentricidades, pero con amor. Habrá vacaciones compartidas e intentará minimizar aquellas situaciones que le son difíciles de explicar.
Todo sigue ese rumbo hasta que la madre de los gemelos muere…
La película va generando expectativas con imágenes del pasado, fotos que eternizan rostros y actitudes. Películas caseras presagian algo sin dar un indicio fehaciente. Durante 5 años Alex recompone la relación con su madre. A su muerte, los hermanos se mudan a la casa principal. Allí aparecen las primeras huellas del drama. Mientras hacen una limpieza profunda en la habitación sus padres, una foto y un armario repleto de juguetes sexuales, les instala el tema del abuso infantil.
Alex, sumamente incomodo y perturbado interpela a su hermano. Este le confirma que los dos fueron abusados por su madre. La película gira 360 grados. Las tomas de la casa son oscuras, el clima se vuelve intimista y algo escabroso. El director prepara el desenlace como una partida de ajedrez.
Alex busca respuestas y Marcus se niega a darlas. Mantiene su silencio de 20 años, solo acepta los hechos y no dará mas detalles.
Es una manera de borrarlo y única forma de sobrevivir: «Si se lo decía a Alex, todo volvería a mí, y además para que querría él cargar con todo eso». El documental se enfoca solo en los rostros de cada uno. Hay silencios prolongados, gestos reveladores, certeros y emotivos. La película comienza a doler. La verdad es la única sanación posible que podrá contenerlos.
Una mesa en el centro de la escena, una silla de cada lado, un espacio cerrado, un tiempo soñado y liberador. La realidad está por salir a escena…
Hora de revelación…..
Marcus y Alex están sentados frente a frente. Alex reitera su necesidad de verdad como única alternativa. Marcus acepta el ultimátum. Es por amor que quiso evitarle el espanto de saber.
La escena final es de una tensión emocional que se llena de ternura en las miradas de estos dos hombres a punto compartir algo de lo que jamás hablaron.
El espectador esta en vilo, Alex también, Marcus titubea, la cámara respeta su tiempo y lo espera. Finalmente y después de 20 años de silencios y autocensura, casi como un lento desgarro sonoro, habla y lo cuenta todo……
A pesar de las marcas que estos sucesos traumáticos dejaron en sus vidas, los hermanos lograron formar sus familias y tener hijos. Su compromiso es un duelo personal con esa infancia que la película expone.
El documental es imponente y logra su objetivo estético y ético. Denuncia con imágenes cada detalle de un drama que incomoda e indigna. La relación de los gemelos es inquebrantable. Marcus resume con palabras el horror, y Alex finalmente escucha la crueldad de esa verdad….
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