«Los días con ella», tiempo de ser madre
«Los días con ella», tiempo de ser madre

«Los días con ella», tiempo de ser madre

Alejandra ha cometido un homicidio por el cual tiene una condena de muchos años por delante. Está detenida en el pabellón de madres de la cárcel de Ezeiza junto a su hija Aithana, de dos años, quien nació allí. Cuando Aithana cumpla cuatro años, será separada de su madre.

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Sobria, construida con gran decoro y precisión, Los días con ella asume el registro de un mundo desconocido para la inmensa mayoría de los espectadores; ese universo tiene sus reglas, sus penas, su diario discurrir. El director sabe que el cine es mirar algo para luego contarlo, de modo que aquí hay también relato, mirada. Y además hay verdadero interés y empatía, esa palabra siempre bajo sospecha que la película convierte en credo e imperativo categórico. Mujeres privadas de su libertad no quiere decir privadas de libertad de conciencia ni de gracia ni de empeño, como prueba esta película que las acompaña como un testigo, comprometido hasta el final.  Manuel Ramírez

Ficha técnica

 Argentina,2025 duración:80 minutos

GuiónMatías Italo Scarvaci
Dirección de fotografíaArmin Marchesini Weihmuller
MontajeSusana Leunda
SonidoMarcos Zoppi
MúsicaMarcos Zoppi
IntérpretesAlejandra Lanfranchi, Aithana Sandoval
ProducciónMatías Italo Scarvaci
Producción ejecutivaTeresa Saporiti, Natasha Biskitz
Compañía productoraNaso Cine.
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La película desde mi butaca:

Para UNICEF, «Las niñas y niños que viven junto a sus madres en los establecimientos penitenciarios pueden mantener el vínculo maternal, pero a costo de vivir en un ámbito carcelario y de interrumpir la convivencia o el contacto cotidiano con el resto del grupo familiar». Por otro lado, cuando cumplen los cuatro años deben abandonar la cárcel y, si no hay ningún familiar o persona de confianza que pueda asumir su cuidado, son derivados a familias sustitutas, con las duras consecuencias que implica el desarraigo familiar. El vínculo materno es fundamental para el desarrollo de los niños pero que secuelas deja el encierro? Si bien psicólogos afirman que se pueden revertir luego, a lo largo de la crianza, algunos expertos consideran que las consecuencias pueden ser permanentes. «Los chicos que quieren visitar a sus madres tienen que estar en contacto con el sistema penitenciario, incluso es común que muchas mujeres no quieren recibir visitas cuando los niños son pequeños porque no quieren que pasen por eso»

 Paula Urbandt.

    •  La relación de una persona con su entorno es fundamental para la construcción de sus vínculos. Las mujeres detenidas que cumplen su condena acompañadas de sus hijos tienen que inventar un mundo ideal donde no existe, para que el vinculo sea lo que debe ser.
Esa es la realidad que vive la protagonista, incansablemente hace todo lo posible para que esa hija sienta que ese mundo acotado esta lleno de amor.La dinamica de la película es seguirla en un tiempo cotidiano. Ella se reconstruye luego de haber tenido peleas dentro de la unidad. La posibilidad es cumplir una condena acotada por buena conducta y que su hija pueda ser enviada a casa de un familiar, a la espera de su libertad.Alejandra es verborragica y mantiene una actitud positiva. Sus tareas son de limpieza y luego vuelva a su lugar de madre. Convive con otras detenidas con chicos y la educción de cada uno se interrelaciona con la del otro. Las madres muestran una plenitud cercenada, tienen la posibilidad de ser mamas y a su vez ven el espacio que limita esa construcción. Alejandra sonríe y amamanta a una niña que ya esta por empezar el jardín.Trata de fortalecer su vinculo y esta conciente que es de corto plazo. Vive en esa transición y a medida que llega el día, la melancolía construye una graduación sensorial que va en aumento. La película nos muestra miles de rostros y ese entretejido jamás se resquebraja. Niños y adultos interactúan como lo que son, los calabozos disfrazados de habitación para bebes es una mentira piadosa que por unos años será creída. La verdad esta en el contacto físico que el delito no rompe. Alejandra y las otras madres nos muestran su fortaleza y pequeños rezagos de debilidad. Parecen solidarias.
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Todo el documental nos acerca cada vez mas a la Athiana que vivirá fuera y por momentos necesitará de ese encierro maternal que fue parte institucional de su vida. El director desmitifica un poco la capacidad destructiva del encierro, nos muestra con su cámara y eligiendo meticulosamente donde enfocar, que los vínculos subsisten, si hay intención y capacidad. Es un registro de una vida llena de barreras que nos agobia, pero nos conmueve. Alejandra tendrá que dejar ir a su hija para que se acostumbre a estar con la familia que la cobijará en un futuro. En el mismísimo viaje esa nena mira y ve por primera vez que hay otra vida tras los muros. El documental cumple una función artística y social, no hay barrotes a un sentimiento si se lo deja crecer y la triste marginalidad que subiste como puede en espacios de hacinamiento.
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“Los días con ella”, documental de Matías Scarvaci se verá en el marco del 26° BAFICI que se desarrolla del 1 al 13 de abril. El film forma parte de la sección Familias, y tendrá tres funciones: el Viernes 4 de abril a las 16:50hs (en El San Martín 1); el Domingo 6 a las 16:05hs (en El San Martín 1) y el Sábado 12/04 a las 19:20hs (en el CineArte Cacodelphia 3).

«Los días con ella» nace con una pérdida y trata de la búsqueda desesperada de la reparación. Incluso, a sabiendas de que es una batalla perdida, pero que a su vez, no queda otro camino que darla, seguramente como una única salida posible. Expone la flagrante contradicción de la niñez en el encierro. Nacer y crecer en la cárcel. Es el amor madre-hija el centro del relato, en este tiempo conviven con este contraste entre la tragedia y el amor.

El documental, que fue filmado en el Penal de Ezeiza, tiene como protagonistas a jóvenes madres que comparten el encierro con sus hijas. Matías Scarvaci es director pero además es abogado y actor, y ha estrenado anteriormente cuatro films como director: «Los cuerpos dóciles» (2015), «La sed» (2022), «Otra semilla» (2022), «El libro de los jueces» (2023).

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El director reconoce que una experiencia personal lo marcó fuertemente: «Probablemente el hecho de que en mi adolescencia fui a visitar a mi padre en la cárcel en reiteradas oportunidades, haya sido determinante para entender la vulnerabilidad, y el dolor inmenso que esa situación genera no solamente en quienes están privados de la libertad sino también en el entorno familiar.»

Pablo Kulcar
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