«Cuando ya no esté» una película de Martín Viaggio

¿Cómo van a recordarme?

El 23 de marzo llega al Cine Gaumont Cuando ya no esté, escrito y dirigido por Martín Viaggio, una película protagonizada por Gustavo Garzón y Noemí Frenkel. Estará disponible desde el 23 al 29 de Marzo.

SINOPSIS

Arturo (Gustavo Garzón) es un hombre a quien se le anuncia una enfermedad terminal. La búsqueda de su cura lo llevará a replantear los aspectos básicos de cómo ha vivido la vida. El vínculo con su esposa (Noemí Frenkel) se transforma y redescubre a su compañera. Aprende a pedir perdón e intenta reconciliarse con su hijo, de quien está alejado desde hace largo tiempo. Intenta mejorar su salud para tener la oportunidad de ser intervenido quirúrgicamente y así, tal vez, curarse. Y de morir, nace la pregunta: ¿Cómo será recordado? ¿Como un hombre denso y oscuro? ¿O como el primer sorbo de un vaso de agua fresca?

El drama filmado en plena pandemia en distintas locaciones de la provincia de Mendoza (Godoy Cruz, Las Heras y Ciudad de Mendoza), es protagonizado por Gustavo Garzón y Noemí Frenkel y el elenco se completa con Marcos Woinsky, y un grupo de actores y actrices mendocinos en roles secundarios. 

El film cuenta la historia de Arturo (Garzón) , un ingeniero que dice de sí mismo que tiene 65 años, que tiene una esposa (Frenkel) y un hijo, de quien está distanciado hace mucho tiempo. No cree en Dios, en psicólogos ni curanderos. Dentro de todo, su vida es más o menos feliz. La cuestión es que acaban de diagnosticarle una enfermedad para la que la medicina no tiene cura. No hay esperanzas, le quedan pocos meses de vida. Y, entonces, un encuentro azaroso le hace conocer al misterioso Sr. Cánepa, que le ofrece un tratamiento, por decirlo de alguna manera, cuyo resultado es asombroso. 

Arturo parece un tipo estructurado que ha llevado una vida estructurada, pero se percibe en deuda consigo mismo. Más allá de sus tareas profesionales, que se han repetido por 40 años en la misma empresa, no ha podido tomar ni el riesgo de mudarse de casa, aunque su mujer se lo haya pedido durante 20 años. Es distante y hermético por incapacidad y elección, y como reaseguro contra un compromiso que lo saque de su lugar de confort. Se distanció de un hijo por el solo hecho que es gay. No se  anima a esa verdad, todo pasa por el prisma de su subjetividad conveniente. La enfermedad lo ataca, lo asusta y lo acorrala y desde allí surge un último espasmo que como una ola salpica aquellos mojones que marcaron su vida.

La naturalidad de los hechos ennoblece el film. Nada es grandilocuente, ni la muerte, ni el amor , ni el abandono, ni siquiera el reencuentro. Todo se desliza en un río que terminará en su desembocadura final. Es una película que nos sana, nos permite aceptar la muerte, los errores, los enojos y las mezquindades como cosas que han de pasarnos. La cámara sigue a Arturo en varias escenas, sea por un túnel, por un camino o en los exteriores donde casi siempre se dirige a algún lugar, al que finalmente terminará llegando, pero no lo hará  solo. 

El señor Canepa le trazará un camino a una sanación con 99 por ciento de efectividad. Canepa también es naturalmente sabio, pero de cosas comunes, de experiencia de vida. Solo le envía pequeñas indicaciones escritas que obtendrán, de parte de Arturo, un acatamiento tan ciego como el circunstancial no vidente que desde un banco de una plaza le sugirió procurar la ayuda de este enigmático personaje. 

Y otra vez los hechos suceden sin sobresaltos, casi que son componentes de un cálculo matemático que tiene un solo resultado posible. Y como la matemática es una ciencia exacta, (ya lo dice el dicho: somos polvo de estrellas y hacia ellas vamos) nadie dejará de estar presente, aunque algunos lugares permanezcan vacíos.

La película en su primera parte es de una estética minimalista, un realismo pulcro que nos dibuja con pequeños diálogos como son los personajes. Garzón es un actor que con poco dice mucho. Su interpretación es perfecta, deambula tratando de expiar la tristeza y el miedo como lo haríamos cualquiera de nosotros. Sus silencios tienen la tensión de un lenguaje sin palabras. Los demás actores acompañan y  construyen la atmósfera indispensable para su lucimiento, mientras ellos mismos se lucen en sus propios trabajos. El film cierra con una mezcla poética de palabras e imágenes, y naturalmente y sin mayores pretensiones, las cosas terminan por suceder.

El director comenta sobre el film: «Es una película encuadrada en el género de historias de redención. Porque con dolor y pena, pero con convicción y alegría Arturo comprende, tardíamente pero finalmente no tanto, que lo mejor de la vida está en nuestros vínculos familiares.»

Martin Viaggio, Director y Guionista

Martín Viaggio nació en 1954. Es Guionista, Productor y Director.

Palabras del director

Mi objetivo como director de la película fue narrar de manera simple la profunda crisis que sufre el personaje de Arturo, a quien se le diagnostica una enfermedad muy grave. Esa circunstancia modifica sustancialmente sus vínculos familiares y lo obliga a un replanteo en su rutinaria manera de vivir. Los recursos para contar esa historia, la enfermedad de Arturo y el inevitable impacto en su entorno, debían evitar el artificio y concentrarse en lo medular: alguien que gradualmente va comprendiendo que pudo haber tomado mejores decisiones, que no fue amoroso con sus seres queridos, que desperdició gran parte de lo bello que le ofrece la vida. 

Nada ocurre en la historia que no sea común a la experiencia de todos nosotros, que en algo seguramente nos parecemos a él. Es una película encuadrada en el género de historias de redención. Porque con dolor y pena, pero con convicción y alegría Arturo comprende, tardíamente pero finalmente no tanto, que lo mejor de la vida está en nuestros vínculos familiares.

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Pablo Kulcar

Soy periodista mayormente de radio. Pienso a la profesión como una manera de estimular el pensamiento crítico del que escucha, lee o mira. Trabajé en radios comerciales, cooperativas y universitarias. Poder describir con palabras lo que una película me hace pensar y sentir, es mi intención y mayor meta para con el lector.

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