Del 18 al 24 de septiembre tendrá lugar una nueva edición del Festival de Cine Alemán en Buenos Aires. Entre las 16 películas programadas para este año hay buenos documentales. Uno de ellos, incluido es el largometraje Riefenstahl. Un trabajo sobre la figura de la controvertida cineasta alemana Leni Riefenstahl, directora de películas como El triunfo de la voluntad, y señalada históricamente por su complicidad con el nazismo. Riefenstahl nació en Berlín en 1902 y murió en Baviera en 2003, a los 101 años. A partir de la década del ‘60, después del final de la Segunda Guerra y tras una estadía en Sudán, comenzó a dar algunas entrevistas para hablar sobre su filmografía y responder preguntas sobre su pasado.

Helene Bertha Amelie Riefenstahl, conocida como Leni Riefenstahl,, fue una actriz, cineasta y fotógrafa alemana. Está considerada como una de las figuras más controvertidas de la historia del cine: sus críticos han catalogado su trabajo como material de propaganda del nazismo, aunque para otros fue una cineasta innovadora y creativa, cuyas obras fueron explotadas con por el Régimen.
Nadadora y artista en su infancia, también estuvo interesada por la danza, aunque la abandonó debido a una lesión en la rodilla. Debutó en la actuación después de ver un cartel promocional del largometraje La montaña del destino (Der Berg des Schicksals) de 1924. Entre 1925 y 1929 participó en cinco películas exitosas. En 1932 se convirtió en una de las pocas alemanas en dirigir una película en la Republica de Weimar, al realizar su propia producción La luz azul (Das Blaue Licht).Ese mismo año conoció a los principales dirigentes del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) en un evento político en Berlin. En una reunión con su líder, Adolf Hitler, fue elegida para rodar las películas del partido, promesa que se materializó cuando los Nazis llegaron al poder.
Dirigió El Triunfo de la voluntad (Triumph des Willens) y Olympia, por las que recibió atención y reconocimiento mundial. Algunos críticos consideran que están entre las películas propagandísticas más impresionantes y técnicamente innovadoras que jamás se hayan hecho Sin embargo, su participación en ellas dañó significativamente su carrera y reputación. La naturaleza exacta de su relación con Hitler sigue siendo tema de debate, aunque se sabe que existió una buena amistad entre ellos.[ Algunos críticos han argumentado que la complicidad de Riefenstahl fue esencial para llevar a cabo la tarea que el régimen desarrollo contra toda persona que no fuera una representacion de la supuesta pureza aria, pero especialmente el asesinato, tortura y experimentación con el pueblo judío.

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Detenida y juzgada al finalizar la guerra, quedó clasificada como «compañera de ruta» (Mitläufer) aunque no fue asociada con crímenes de guerra. A lo largo de su vida, negó haber estado al tanto del Holocausto. Además de dirigir, escribió una autobiografía y varios libros. Murió de cáncer el 8 de septiembre de 2003 a la edad de 101 años y fue enterrada en el cementerio de Munich. Como todos los cercanos a los jerarcas nazis, siempre intentó despegarse del sesgo asesino que estos enarbolaban y ejecutaban, como si esto fuera realmente posible.

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El documentalista Andres Veiel reconstruye su perfil a partir de esas participaciones, generalmente incómodas, en las que Riefenstahl podía terminar a los gritos. Veiel tuvo acceso a un archivo de 700 cajas de un archivo con películas, manuscritos y grabaciones con la voz de la cineasta.
Leni Riefenstahl, cineasta y amiga personal de Adolf Hitler, fue la elegida por el gabinete de propaganda comandado por Goebels, para realizar una serie de documentales sobre el III Reich, con la finalidad de mostrar al mundo la grandeza y la pureza de la raza aria. A través de varios documentales, de los que se conservan solo dos; El triunfo de la Voluntad y Olimpia y mediante la utilización del ideal artístico de belleza, la artista, logró unos documentos propagandísticos de una calidad excepcional, donde todas las imágenes están previamente estudiadas y medidas, consiguiendo una calidad estética exquisita a la vez que abrumadora. Las imágenes representan el hombre ideal, sano, deportista, invencible, es una oda al culto de la belleza, mientras la mujer aparece estereotipada como un elemento sumiso dependiente del hombre.
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Jamás puede lograrse la nacionalización de las masas por la acción de procedimientos a medias o por la simple observancia de un llamado punto de vista objetivo; esa nacionalización solo es posible por obra de un criterio intolerante y fanáticamente parcial en cuanto a la finalidad perseguida.
Adolf Hitler, Mi lucha [Ed. Cart., Ávila, 1937, pp 177-179]
El cine, al igual que ocurrió en la Rusia soviética, se convertirá de la mano de Goebbels (ministro de propaganda del tercer Reich) en el instrumento más utilizado por el movimiento nazi para su exaltación y será una actividad cultural a la que el partido de Hitler otorgará una gran importancia. Para su control absoluto, Goebbels y el partido, ejercerán un control estatal total sobre la industria cinematográfica y promulgarán una ley de censura que les permitirá controlar los guiones y las películas antes de ser visionadas por el público general.
El cine como una herramienta de propaganda visual capaz de “hipnotizar” a las masas por medio de filmografías, cuya metodología y estructura ha sido estudiada y manipulada hasta el último detalle para tal fin, revolucionando todas las formas establecidas de la estética cinematográfica hasta el momento. La encargada de llevar a cabo semejante tarea no será otra que la cineasta de origen alemán Leni Riefenstahl quien se convertirá de alguna manera en los ojos del tercer Reich. Aprovechando todos los medios económicos y tecnológicos que el partido Nazi pone a su disposición realiza una serie de películas documentales que exaltan y enaltecen el poder de la raza Aria y la imagen del que será el nuevo Mesías (el nazismo tuvo mucho en común con la fe irracional de las religiones) de la nueva Nación europea: Adolf Hitler.
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En primer lugar, es importante conocer algunos datos biográficos de Leni Riefenstahl. Nació en Berlín el 22 de agosto de 1902 y falleció el 10 de septiembre de 2003 a la edad de 101 años, lo que la convierte en historia viviente del siglo veinte. Sus 101 años de vida le sirvieron para romper muchos esquemas, así como para aportar al mundo del cine significativas e importantes innovaciones técnicas y formales aunque su vida se ha visto marcada por su vinculación, colaboracionismo con el partido Nazi y la ascensión de Hitler al poder.
En 1932 dirigió su primera película Luz azul, un filme de montañismo (los preferidos por Hitler) en el que ella era la protagonista y directora a la vez. Esta película fue premiada en la muestra de Venecia y Hitler poco antes de llegar al poder, tras visionarla quiso conocer personalmente a la directora.
Durante esos años, Leni, de la mano del doctor Goebbels, pasó a ser la cineasta mejor valorada del nuevo régimen. El impacto que causó Hitler en la actriz fue motivo suficiente para que Leni aceptara la realización de dos documentales que marcarán de por vida su carrera cinematográfica. El que se rodó en Nuremberg con motivo del VI congreso del partido nazi que se publicaría en 1936 El triunfo de la voluntad y el realizado con motivo de las olimpiadas de Munich de 1936 Olympia publicado en 1938. Leni representó al cine alemán lo que Albert Speer a la arquitectura del tercer Reich.
Con la caída del partido nazi y el final de la segunda Guerra Mundial Leni fue juzgada varias veces por colaboracionismo y adhesión al partido nazi pero salió indemne de todos los juicios alegando que ella no conocía los exterminios que se estaban llevando a cabo, que pecó de ingenua y que su relación con el partido era simplemente profesional.

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El triunfo de la voluntad fue aclamada en todo el mundo tras su estreno, cosechó premios en Alemania, Venecia y finalmente en París. Se trata de un documental que recoge los actos del VI congreso del partido nazi en Nuremberg del 5 al 10 de septiembre de 1934 cuando Hitler acaba de acceder al poder. Es un documental estéticamente cuidado hasta el último detalle donde algunas escenas fueron rodadas más de cincuenta veces hasta llegar a la versión definitiva. Hitler, debido a su corta estatura siempre fue filmado en contrapicado para engrandecer su figura, mostrando en algunos planos la imagen yuxtapuesta del Führer con la del Águila Imperial. Un año después Hitler fue nombrado personaje del año por la revista Times. En 1935 era una película de obligada visión en todos los colegios alemanes.
Aunque Leni siempre defendió que su cine era apolítico, El triunfo de la voluntad es un monumento estético, con magistrales puestas en escena de la turba nacional socialista, de sus líderes y de sus símbolos. El Águila imperial, la esvástica con la cruz gamada, las runas germánicas de las SS. La figura de Hitler es fotografiada a veces a contra luz, para que su perfil aparezca rodeado por una aureola. Como efectúa el saludo fascista con la mano hacia atrás, en cierto momento la luz se refleja en ella cual depósito de energía divina (Mera 1975: 27).
Este film debía servir para mostrar al partido nazi, unido después de la noche de los cuchillos largos, donde murieron asesinados algunos oponentes a Hitler. Había que demostrar que la sangrienta purga no había dividido al partido nazi, que el partido y el ejército eran un solo cuerpo cuya sangre era bombeada por el corazón del Führer. Difundir la imagen y las voces de los líderes nazis e impresionar a las audiencias extranjeras era otro de su cometido. Por su parte Barsam señala que los dos objetivos prioritarios del film fueron la glorificación del partido y la deificación de Adolf Hitler (Mera 1975: 28).
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El documental Olympia fue rodado en 1936 durante las olimpiadas que se celebraron en Berlín. Fue un encargo personal de Adolf Hitler a su cineasta preferida Leni Riefenstahl y su estreno se produjo dos años después en Berlín con motivo del cumpleaños del Führer el día 20 de abril de 1938.
Olympia es una película de tres horas y media de duración que consta de dos partes: “Festival del pueblo” y “Festival de la belleza”. Su autora, defiende en sus entrevistas desde los años cincuenta que la película fue comisionada por el Comité Olímpico Internacional y producida por su propia compañía y hecha pasando por encima de las protestas de Goebbels cuando en realidad esta película fue encargada y financiada por el partido nazi. La compañía a nombre de Leni Riefenstahl se creó porque no convenía que el partido apareciese como productor.
En Olympia, Leni produce en el espectador una hábil evocación de la épica grecorromana, (sobre todo espartana), el culto al cuerpo, haciendo referencia a los orígenes arios de los alemanes. Con tomas muy estudiadas acompañadas de una excelente banda sonora, primeros planos de esculturas de la antigüedad griega que combina con desnudos cuerpos atléticos, en su mayoría de hombres, como de algunas mujeres, en un juego erótico de luces y sombras capaz de cautivar al más exigente de los espectadores. Son atletas que compiten por ser los mejores, por estar en lo más alto de la raza humana y como no, son Arios.
Algunos de los métodos técnicos utilizados en el documental han pervivido hasta nuestros días, se hizo construir una cámara para grabar tomas subacuáticas en los saltos de trampolín, se hacía arrastrar en un carrito para grabar corriendo al lado de los corredores, se excavaron grandes hoyos para poder filmar los saltos de longitud desde abajo. Todo hubiera sido perfecto en Olympia de no haber conseguido un atleta de raza negra llamado Jesse Owens ganar cuatro medallas y echar por tierra las mentiras acerca de la superioridad de la raza aria que Hitler tanto pregonaba.
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Leni representó en estos dos films un modelo de hombre sano, deportista un hombre ideal, invencible, es una oda al culto de la belleza, mientras la mujer aparece estereotipada como un elemento sumiso dependiente del hombre. Las imágenes nos muestran a jóvenes deportistas felices al servicio del Führer, la fotografía tiene como fin mostrar que no hay mayor felicidad que servir a Hitler. El triunfo de la voluntad es una oda a la felicidad que representa este servicio, las imágenes de jóvenes jugando y descansando en los campamentos, contrastan con las imágenes de las mujeres, sumisas, sonrientes, tranquilas desfilando, vestidas con los tradicionales trajes. Es decir Leni nos muestra lo que se espera de cada uno, hombres vigorosos, fuertes y alborotadores y mientras las mujeres son bonitas y dóciles, refleja lo que se espera que cumpla cada sexo.
Por otro lado el peso de estos documentales recae en figuras masculinas, la participación de las mujeres es anecdótica, aparecen como simples acompañantes. Es una exaltación de la masculinidad al servicio del III Reich. Unos documentales realizados por una mujer siguiendo el patrón establecido por directores masculinos. Aunque arte y poder han ido de la mano a lo largo de la historia y seguirán haciéndolo, no sería bueno para la humanidad que la historia de Leni Riefenstahl se repitiera, deberíamos reclamar a la artista su parte de responsabilidad ya que su obra ayudó en gran manera al establecimiento y legitimación del poder del partido nazi
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