La Tigra, Chaco, un pueblo..un universo
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La Tigra, Chaco, un pueblo..un universo

Sinopsis

La Tigra, Chaco es una película dirigida y guionada por Federico Godfrid y Juan Sasiaín que se estrenó el 24 de septiembre de 2009 y tiene como principales protagonistas a Ezequiel Tronconi, Guadalupe Docampo, Ana Allende y Federico Miguel Ibañez. Esta ópera prima de los directores fue filmada en la localidad del mismo nombre y la historia se refiere a un joven oriundo de ese lugar que regresa para visitar a su padre y se reencuentra con una antigua compañera de la infancia.

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Reparto

  • Esteban…Ezequiel Tronconi
  • Vero…Guadalupe Docampo
  • Ana Allende
  • Alejandrito…Federico Miguel Ibañez
 

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Esteban (Ezequiel Tronconi) viaja desde Buenos Aires a La Tigra, una localidad de apenas 20 cuadras en la provincia de Chaco donde pasó su infancia, para visitar a su padre, Cacho, y «hablar algunas cosas». Cacho es un camionero que está siempre en la ruta y ha formado una nueva familia. Esteban se queda en la casa de una tía y se reencuentra con una antigua amistad, Vero (Guadalupe Docampo). Cada paso que dan juntos parece los devuelve a una memoria emocional compartida.

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Esteban se instala en lo de su Tía, que lo acoge con suma predisposición. Recorre el lugar y allí descubre a Vero, una niña que había sido su amiga en la infancia y hoy, es una joven que lo encandila con su frescura y naturalidad. Su padre está en la ruta trabajando y Esteban decide esperarlo. Pasa su tiempo redescubriendo el lugar, potreros con futbol,vecinos que lo recuerdan y peñas con su música tan distintiva y encantadora como el acento de Vero.Nada se precipita.El viene de una ruptura, que no sabemos si es cierta o no.Vero está de novia con un joven carnicero que canta en una banda de rock y sueña con estudiar medicina. Su días están ocupados cocinando viandas para vender y ayuda en su casa con lo que puede. Esteban la mira y parece estudiarla. Vero sonríe y se muestra distendida y despreocupada, hasta que una línea roja se instala entre los dos, y lo que ambos intuyen podría acercarlos, comienza a pasar.

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La película es un a historia chiquita y a su vez gigante, «conoce tu aldea y conocerás el universo» son palabras del eximio novelista ruso León Tolstoi y eso es lo Federico y Juan nos sugiere. Los directores eligen personajes simbólicos de esta vida distendida y diferente. Una mirada de ella, con un llanto contenido, instala la emocionalidad que hace rato sobrevuela.  Allí todo adquiere sentido, la vida del pueblo, la nuestra y la de todo el mundo. Una mirada abre las puertas a un universo en el que lo importante es que se siente por el otro y cómo actuar en consecuencia. Cuando algo en su mínima expresión produce resultados que se multiplican, es que allí hay belleza.Esto pasa con La Tigra y nadie espera otra cosa. El retrato visual de un recorte en la vida de este pueblo, está subrayado con los acordes de una guitarra que lo instala en nuestra sensibilidad. Tan despacio como el tiempo se toma la historia para profundizar la relación entre los dos protagonistas. La fotografía nos hace recorrer el dia y la noche, y allí «La tigra» también cambia su formas.La escena del baile, la carpintería, el fútbol y su gresca, son los momentos poéticos de un film sin altibajos y con la atmósfera indicada para hacernos felices.

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Esteban no vio todavía a su padre y según él, se le está acabando el tiempo, aunque jamás explica porque debe volver a Buenos Aires. Intentará despedirse de Vero y para esto le regala un libro. Ya no hay justificativo que lo detenga y decide tomarle las manos para después besarla. Sentados en una especie de escalera, Esteban juega con las palabras y dice que estaría bueno que viniera un ovni y se los lleve, ella se ríe y se descoloca un poco, pero se ríe y lo mira, de la forma que todos esperamos nos miren alguna vez. El padre de Esteban está estacionado el camión en la puerta de su casa, la tía continúa con sus mates, las amigas de Vero se juntan a mirar pasar muchachos, la música del carnicero rockero, ya ex novio de Verónica, está por comenzar una gira por otros lugares y ella vuelve a sonreír, obligandonos a soñar que Esteban se queda y todo el pueblo continúa su vida, tal cual intuimos va a continuar. Cuando algo es artísticamente rico y emociona, nos permite un disfrute rodeado de ternura y sensibilidad. La Tigra es una burbuja que explota cuando lo debe hacer, sin extravagancias y sin hacer mucho ruido, dos jóvenes nos regalan una fábula del amor, que nos reconforta con el cine.

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Federico Godfrid, director
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Mientras Juan Sasiain y Federico Godfrid estaban presentando el espectáculo Beto, el suertudo en el Festival de Monólogos organizado por Carlos Werlen en La Tigra, les surgió la idea de filmar una historia, que estaban desarrollando, en esa localidad; por su propias características:algunas casitas, una gran fábrica abandonada y kilómetros de campos de algodón.Sus habitantes terminaron de convencerlos, al invitarlos a pasar quince días en una pequeña casa para escribir el guión. Hubo un lapso inicial de dos meses de ensayos en Buenos Aires.Muchos diálogos se reescribieron, pero el trabajo dio sus frutos. Salvo Roger -el novio de Verónica- y Claudia -la mujer del padre de Esteban- todo el resto carecían de formación actoral, pero tenían una experiencia intransferible, ser habitantes de La Tigra. La estrategia del lanzamiento fue estrenarla en  ciudades del interior y mostrarla en festivales internacionales antes de llegar a Buenos Aires porque “al ser una película tan pequeña y humilde, necesitábamos de ese entorno y reconocimiento internacional para hacerla mas fuerte.” El preestreno en La Tigra, que se hizo ni bien terminó el Festival de Mar del Plata y fueron tres días con cinco funciones cada uno y todas a sala llena.

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Pablo Kulcar
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