JINETES DE ROCA, mojones culturales de una historia mentirosa
JINETES DE ROCA, mojones culturales de una historia mentirosa

JINETES DE ROCA, mojones culturales de una historia mentirosa

Danae Fiore (arqueóloga),Sebastian Diaz (director) y Fernando Pepe (antropólogo).

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La argentinidad no es una suma de características que se hicieron presentes por generación espontánea en el interior de un pueblo. Es una construcción que necesita de un andamiaje que lo sostenga. Estamos formados por diferentes grupos que casi que son anexos de otras nacionalidades, y desde allí, luchas constantes marcaron el devenir de este concepto de nación.La historia esta escrita por los vencedores, pero necesita de mojones presenciales en forma de monumentos y con próceres altruistas y abnegados, pinturas y fotos, que nos la recuerden constantemente.

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Ese es exactamente el caso de la mal llamada conquista del desierto, que de ninguna manera estaba deshabitado y fue una cruel invasión para apropiarse de la tierra de los que allí habitaban.Este punto está fijado en el inconsciente colectivo de forma simbólicamente en la figura del famoso general Roca, quien en el año 1879, emprende la invasión a la patagonia asesinando a  miles de habitantes originarios a los que  les desconoce identidad, los cosifica como un descarte,  los despoja de humanidad e impone su robo al que disfraza de algo épico y noble.

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Los beneficiados por el reparto de tierras, inmortalizaron a sus mecenas en estatuas, nombres de calles, ciudades, clubes de fútbol, libros de historia etc.etc..

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Sebastián Díaz, dirige esta película a la que caracteriza como el final de una trilogía temática que contó con dos documentales anteriores: “La muralla criolla” y “4 Lonkos”, sobre el genocidio a los pueblos originarios en la trágica y mal llamada Conquista del Desierto. Su relato está en la voz de expertos en el tema, desde la ciencia y la historia. 

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El largometraje también examina los principales álbumes fotográficos con una mirada científica, buscando las marcas y huellas del destrato, tortura y flagelo físico y  mental de los nativos. Se trata de establecer efectivamente que hubo violencia antes y después, que se despedazaron las familias para que las partes se vendan como servidumbre y los bebés se regalaron para ser futura mano de obra gratis en ingenios de azúcar que la familia Roca tenia en Tucuman ( entre otros miles de casos). La inmensidad del lugar agiganta la escena y achica la figura de los cautivos en una macabra maniobra de minimizar su dolor. Hay tanto lugar y son tan pocos …

El material fotográfico impacta y conmueve, los rostros, las marcas, las heridas y las miradas son el retrato de una agonía integral en cada uno de los cautivos. Sin ningún sentimiento mínimo de empatía, son ultrajados todos si excepción, desnudando mujeres, cortandole el pelo a hombres y disfrazándolos de  lo que para los dueños del poder es la civilización. 

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El cineasta  hurgó en “las investigaciones de la historiadora del arte Marta Penhos” y su obra “Las fotografías de Encina-Moreno de 1883”; en el trabajo “de la arqueóloga y especialista en antropología visual Danae Fiore”, autora de “Violencia fotografiada y fotografías violentas”; y también en las contribuciones del antropólogo Carlos Masotta, que publicó “Postales de indios”, corpus fotográfico que pone de manifiesto la mirada blanca y occidental sobre las tribus indígenas, especialmente sobre las mujeres”. También se basó en “el trabajo de Fernando Pepe y del Colectivo GUIAS, en cuyo marco la muestra fotográfica Prisioneros de la ciencia tiene un papel relevante y sirvió de inspiración  vincularla con la última dictadura militar”.

Durante aquel impune proceso de consolidación nacional se hicieron retratos como el de Antonio Pozzo de 1879, el de Encina y Moreno de 1883 y el de Samuel Boote de 1885, que dejaron plasmados en placas de vidrio el proceso de desintegración y esclavitud indígena.

Marcelo Valko, psicólogo e historiador, repite una y otra vez que los libros nos mienten, que los monumentos nos hablan, y nos recuerdan quién manda.  Estamos educados detrás de una bruma ideológica que no se termina de disipar. Los movimientos aborígenes hoy luchan por sus derechos consagrados en la constitución. Los verdaderos dueños de las tierras ven como esa aristocracia, que se benefició de este saqueo, los desprecia. Desmonumentar no es solo quitar estatuas, nombres y placas recordatorias, es hacer justicia e incorporar a una población obligada a golpear despachos que no los atienden.

La explicación de detalles, que son marcas del abuso, en fotos y pinturas, es tan didáctico que aprendemos a ver en posturas, actitudes corporales y entender cómo se ocupa el espacio físico en cada obra artística, siempre en una construcción  amputada de lo que allí pasó. Seres humanos expuestos como suvenires de una expedición  militar altruista y en un museo, es algo que no se puede esconder. Hoy son sus restos los que de apoco le son devueltos a sus descendientes, en un intento de restituir algo de dignidad y reconocer los derechos legales que les corresponden como pueblos que preceden a la formación del  estado Argentino. 

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Este documental pone de manifiesto el paralelismo entre el genocidio a los pueblos originarios y las prácticas genocidas de los militares argentinos durante el primer golpe de estado de 1930 y la última dictadura cívico militar de 1976. Esto se escucha en audios con las palabras y voces de esos militares que no dejan de exponer  un totalitarismo y racismo que los autoestimula en su miserable relevamiento de la historia argentina.

Para Sebastián su obra alimenta y reaviva el debate, cuestionando la historia oficial con un material fílmico que es solo una muestra de la cantidad de pruebas, documentos y sólidas bases científicas, que continúan haciendo ruido, quizás maloneando por oficinas y secretarías políticas, con lanzas sin puntas que lastimen y descendientes con una memoria que no olvida.

“esta película no aborda únicamente el pasado, sino que describe también el presente. Hay muchos defensores de Julio Roca en la actualidad y esos defensores son los verdaderos Jinetes de Roca”, Sebastián Díaz.
 
Los testimonios:
 
Adrián Moyano, Danae Fiore, Carlos Masotta, Marcelo Valko, Marta Penhos, Fernando Pepe y Pablo Orcajo.
 

FICHA TÉCNICA

Jinetes de Roca (Argentina, 2023) | 71 minutos | Documental
Dirección, Guión y Producción: Sebastián Díaz
Dirección de Fotografía: Manuel Muschong
Cámara: Mauro Braga, Julián Olmedo, Ignacio Domínguez, Sebastián Dalmolin
Post de Sonido: Matías Olmedo
Montaje: Sebastián Díaz
Música Original: Daniel Bugallo
 

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Danae Fiore (arqueóloga),Sebastían Diaz (director) y Fernando Pepe (antropólogo)

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Pablo Kulcar
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