En el Camino, una herida sin cicatriz
En el Camino, una herida sin cicatriz

En el Camino, una herida sin cicatriz

Guerra en Bosnia 

La guerra en Bosnia provocó la participación de los croatas, instalados en el sur, en una alianza con los musulmanes que formaban parte mayoritaria de la población para enfrentar la avanzada de Serbia. Consolidado este rechazo al invasor, su objetivo fue afirmar su presencia en su los territorios, disputados por los otros dos bandos. Toda la lucha en esta república, en la cual conviven las diferentes etnias, fue extremadamente cruel y duró desde octubre de 1992 a febrero de 1994. 

Allí en el terreno, tanto croatas, serbios y los musulmanes de Bosnia, reclamaban diferentes porciones territoriales que en muchas partes se superponen. Las presiones norteamericanas forzaron a croatas y musulmanes a sentarse y pactar entre ellos la formación de la Federación Bosnia-Herzegovina para enfrentar a los serbios, lo que luego derivaría en más conflictos, rupturas y enfrentamientos constantes para concluir en la declaración  de la independencia.

Bosnia fue un conflicto cuyos crímenes se arrastraron hasta constituir procesos del Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia.

Convertir una región plurinacional y diversa en un estado nación cohesionado, resultó imposible.

On the Path (bosnio: Na putu) 

Es una película bosnia de 2010, escrita y dirigida por Jasmila Žbanić. Luna y Amar son una joven pareja muy unida que intentan superar los obstáculos que surgen en su relación: el alcoholismo de él, la obsesión de ella por ser madre, las dificultades económicas y dos maneras distintas de entender la religión y la vida. Tras ser despedido del trabajo por su adicción a la bebida, Amar acepta un trabajo en una comunidad musulmana fundamentalista, bastante alejada de Sarajevo. 

Este es el contexto social que antecede y construye los recelos de los protagonistas. Una pareja joven con trabajo y con perspectivas de futuros hijos, consultan a un profesional por su incapacidad para lograrlo. La médica le receta un tratamiento con inyecciones y los dos parecen estar de acuerdo en comenzarlo, pero no son muy claros en sus sentimientos. Él es un alcohólico y trabaja en el  aeropuerto como operador, lo descubren bebiendo y lo suspenden por 6 meses. Hasta aquí eran una pareja con amistades y una vida social muy acorde al mundo accidental, donde han quedado luego de la partición de su país en diferentes zonas y regímenes acordes a la etnia que los habitan. 

Un encuentro circunstancial de con un ex compañero de armas instala la desconfianza como un trasfondo que abarca a todos. El tema de la guerra se soslaya en silencio y con una marcada atmósfera de dolor. No ha sido más que tragedia lo que el conflicto dejó. Así y todo, este aparecido le ofrece a Amar un trabajo en una comunidad musulmana, bastante alejada de Sarajevo, luego de aclararle que ahora abraza la religión musulmana y que el Corán le ha dado hermanos y la paz interior que la guerra se había encargado en hacer añicos. 

Pasado cierto tiempo, Luna consigue ir a visitarlo y descubre, en medio de un paraje idílico, un mundo desconocido y lleno de rituales, donde hombres y mujeres viven completamente separados. Le ruega a Amar que vuelva a casa, pero él ya no es quien era, ahora su mirada encuentra en la ropa que Luna usa, en sus actitudes y amistades, representaciones explícitas del pecado. 

Ella lo toma un poco a la ligera, pero en una reunión familiar, Amar comienza a pontificar y a juzgar las actitudes de los allí presentes durante el conflicto. Es expulsado por la abuela de la familia, quién le recuerda que allí no hay más rey, ni autoridad que ella y que nadie va a venir a enseñarle a ser musulmana. La señora vive una melancólica realidad, ha perdido una hija y una casa, ha visto la guerra abusando de su familia y le es imposible soslayar las heridas y marcas que le quedaron.

La directora crea muy bien este clima de resignación, de aceptación melancólica que rodea a la mujer y a casi todos por momentos.

La pareja acepta la nueva relación e intenta construir puentes que los vuelvan a unir, pero ni Luna quiere ser lo que Amar espera de ella, ni Amar quiere dejar de ser quien es ahora.Luna finalmente queda embarazada y la noticia como una triste daga histórica y social, los termina de separar. Los mundos están cerca y lejos, son un país marcado por los rencores solapados, las pérdidas, y las ganas de recuperar lo que cada uno cree que le corresponde. 

La tensión encuentra una excusa y explota en una discoteca frente a sus amigos. La solución parece ser sólo un telón que se corre y deja ver los hechos que están verdaderamente ocurriendo en esa vida contenida y a veces teatralizada por el miedo y la desconfianza mutua. Ella  no acepta los extremos que Amar propone ni tolera los juicios que hace sobre su vida. La pareja como la misma Bosnia está partida en dos, una atmósfera de desconfianza aún no se disipa y se mueve por entre las nubes y cielos de una tierra que no logra constituirse  en una nación. 

La película es sencilla, pero intensa en su recorrido, las actuaciones reflejan los cambios que los protagonistas están generando y los actores están a tono con ello. Los dos mundos están bien diferenciados, casi llevados al extremo del estereotipo, pero eso no importa, Bosnia parece un territorio agazapado esperando un nuevo desenlace de extremos que no se tocan, por ahora

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