Tenemos en nuestro país una historia importante en el desarrollo de las artes marciales, pero es de nuestros vecinos brasileros de donde una especial técnica de combate encuentra su pleno desarrollo. La desarticulación del contrincante es en casi todas las otras ramas, una lucha de fuerzas donde los golpes ocupan un lugar central. Justamente en el jiu-jitsu brasileño es la neutralización operativa del otro lo que alcanza una plenitud central y definitoria.
Practicar un arte marcial es desarrollar una conducta de defensa y ataque centrada en el equilibrio. En una sociedad con centros urbanos donde los conflictos y la violencia callejera muchas veces se intentan resolver a golpes, la práctica de un arte marcial impone de por sí, una búsqueda de equilibrio entre espíritu y mente que permita tomar control de la utilización de la fuerza solo de forma adecuada.
Es allí donde el deporte asegura la posibilidad de reconvertir aquella fuerza interior o determinadas características de personalidad, que muchas veces están lejos de la pasividad, en el desarrollo integral y positivo de lo que verdaderamente somos.
Qué es entonces el Jiu-jitsu
El jiu-jitsu brasileño (o BJJ) es un arte marcial, deporte de combate y sistema de defensa personal desarrollado en Brasil. Se centra principalmente en la lucha cuerpo a cuerpo en el suelo, usando para ello luxaciones, estrangulaciones, inmovilizaciones y derribos. El principal objetivo del jiu-jitsu brasileño es someter al rival mediante una luxación o estrangulación sin necesidad de usar golpes, de ahí que se le denomine a veces «arte suave.
Este arte marcial está basado en la idea de que un individuo pequeño puede defenderse con éxito frente a un rival más grande y fuerte gracias al uso eficaz de la técnica, llevándolo al suelo, desgastándolo y finalmente sometiéndose con una luxación o estrangulación.
Estas técnicas tienen su origen en el judoj japonés, particularmente en su apartado de lucha en suelo conocido como ne waza, llevado a Brasil por los maestros Mitsuyo Maeda y Geo Omori
El maestro de judo, Mitsuyo Maeda
Los métodos de lucha cuerpo a cuerpo clásicos del Japón feudal, conocidos como jiu-jitsu se desarrollaron con base en los antiguos métodos chinos de la lucha durante y a lo largo de la época del Japón feudal, (siglos VIII al XIX) donde eran comunes las batallas de ejércitos de diferentes clanes feudales formados por los famosos guerreros con armadura de placas, y espada o samuráis.
Uno de estos practicantes fue Mitsuyo Maeda, quien se dió a conocer en el mundo del espectáculo de aquel entonces como el Conde Koma. Maeda salió de Japón en 1904 y visitó varios países dando clases de judo y aceptando retos de distintos luchadores de boxeo, savate, lucha libre, antes de llegar finalmente a Brasil, el 14 de noviembre de 1914 a Belem do Pará; lugar donde hoy existe la Academia Conde Coma. En 1925 en Río de Janeiro se abrió la primera academia de «Gracie Jiu-jitsu», como sus dueños denominaron al judo tradicional de ese entonces.
Actualidad
Actualmente, el jiu-jitsu brasileño atraviesa por un período de expansión en todo el mundo sin precedentes, gracias a la eficacia probada de su técnica y táctica en combate deportivo. Como deporte tiene como objetivo llegar a ser parte de los Juegos Olímpicos
El jiu-jitsu brasileño consiste básicamente en llevar a un oponente al suelo, por medio de un derribo, barrido, segado o un lanzamiento con el fin de establecer una lucha de agarres, utilizando diferentes técnicas, ya sean sumisiones, luxaciones de brazos y piernas o estrangulaciones, y someterlo, ya sea con el control lateral, el control norte-sur, la posición montada o el control por la espalda. Por lo tanto, las ventajas que puede tener un oponente más grande en pie, como un mayor alcance, peso, y ataques más poderosos, son anuladas en gran parte cuando se lucha en el suelo.
Este sistema de movimientos, control y manipulación se puede comparar con un ajedrez cinético o en movimiento, y cuando se logra una sumisión se la puede comparar con el jaque mate, ya que en una situación real se tendría una desventaja difícil de superar.
Métodos tradicionales de formación
El enfoque del jiu-jitsu en la lucha son el uso de sumisiones («submissions» en inglés) sin utilizar golpes, esto permite que los luchadores practiquen a toda velocidad y fuerza, como si fuera una situación real y sin lastimarse el uno al otro, distinto a otras artes marciales. El acondicionamiento físico es también una parte importante en la formación de los luchadores de jiu-jitsu, sin embargo, está basado más en la movilidad articular, la flexibilidad, la resistencia aeróbica general y específica, y en la resistencia a la fuerza, que en la fuerza máxima o en la rapidez para golpear
Sukata Argentina
Es la Academia con mayor trayectoria en el país con más cinturones negros formados y avalados por la confederación. Se dedica desde hace 15 años a difundir el brazilian Jiu Jitsu y el submisacion Wrre Tliag (lucha sin kimono) en sus dos aspectos esenciales: El camino marcial y El camino deportivo. No se trata de aprender solo un arte marcial con fines defensivos sino incorporar valores de respeto dedicación, tolerancia y también el mantener una excelente forma física. Este desarrollo hace a la conformación de la persona y libera muchas de las tensiones a que la vida moderna nos expone y envuelve
Sukata Avellaneda
Escuela de artes marciales · Spurr 268, Sarandí, Argentina · +54 11 5754-3145 · sukatabjjavellaneda@gmail.com.
Esta academia está instalada en lo que comúnmente llamamos un club de barrio, donde los vecinos que la rodean la conocen porque se trata del club de toda su vida. Sus alumnos o profesores son tipos que responden a esa idiosincrasia de ser oriundos de una ciudad tan cerca de la Capital Federal y marcada por hechos históricos y políticos, que fueron construyendo su entramado social tan particular.
Fábricas y curtiembres, trabajadores, operarios y caudillos, frigoríficos y terrenos baldíos, son las fuentes de donde surge el fútbol para construir una historia enorme que nos hace recorrer el mundo, pero no solo eso es hoy Avellaneda.
Es en estos clubes barriales, ya instalados hace años, es donde adquiere importancia la formación y la didáctica integral de este arte marcial y otras miles de actividades más. De todo este desarrollo nos habla el profesor Edgardo Mazzitelli, quién conduce dicha escuela:
Tu curriculum es importante: fuiste durante años guardavidas, profesor de educación física en colegios del estado y privados, cinturón negro de karate y ahora profesor de Jiu-jitsu. ¿Hay un hilo conductor en todas estas experiencias o son bien diferentes?
Bueno es un tanto complicada la pregunta, pero creo entender hacia dónde vas. Obviamente que lo que une es el trabajo con el cuerpo, el trabajo físico puede ser encarado para cada una de las actividades que nombraste y tiene diferentes características. Cómo guardavidas debes priorizar la aeróbico, ya que es indispensable que el nadador no se ahogue o agite en su tarea. El profesor de secundaria más allá de algunos movimientos intenta que el chico se mueva, y que ese movimiento motorice el desarrollo de su cuerpo en forma integral. Y en lo que respecta a las artes marciales es algo más integral. Se potencia zonas de choque y movimientos mecanizados. Cada actividad tiene sus puntos de fricción y exigencia y responde a una estrategia de desarrollo.
Volvamos al cuerpo que intuyo es tu área específica de trabajo. Sentís que hoy en día se subestima la salud física, se piensa que ser sano es solo no tener una gripe por año?
Desde lo muy masivo puede ser, pero creo que se está tomando conciencia de lo que es la salud física. El cuerpo necesita de una constante actividad para poder realizar cada una de sus tareas de forma lo más natural posible, ya sea comer, dormir o correr. Estamos interconectados y a las órdenes de una central (cerebro) que monitorea constantemente que parte del cuerpo se debilita y nos da avisos de todo tipo.
El hombre es una máquina en funcionamiento que necesita mantenimiento. Debemos estar atentos a los mensajes que nos envía. Los dolores físicos responden al tipo de actividad que hacemos y que dejamos de hacer. Ser sano es respetar nuestro cuerpo. Este debe estar en sintonía y equilibrio, de acuerdo edad y características personales. Así podremos enfocarlo en nuestros propios desafíos.
¿Imagino que son tantos los puntos a tener en cuenta que debe ser como casi una consulta a médico ponerse en manos de un entrenador para que nos ayude a llegar a determinado nivel de actividad o competencia?
Desde ya, más allá de donde quieras llegar, yo veo desde donde venís. O sea, como estas para ese desafío y que zonas puedo trabajar para que estén medianamente aptas para determinada actividad. Muchos comienzan a entrenar solos y sufren desgarros o lesiones más graves. Se subestima la programación la actividad a desarrollar, se piensa que con ponerse a mover con alguna intensidad se alcanza un estado atlético. Es muy posible que algunos lo consigan de forma más natural que otros, ya que todos los cuerpos son diferentes, pero hay que tomar conciencia de la importancia de la actividad física y esta debe ser una constante en el tiempo.
Bueno hablemos del jiujitsu, ¿Qué exigencias va a encontrar una persona que desea practicarlo?
El desarrollo de metas es fundamental, se trazan las mismas y estas generan las expectativas de superación de cada alumno. El concepto de superación de ninguna manera es el de acumular triunfos, sino incorporar capacitación de forma real. Los objetivos deben ser a largo plazo y para eso se imponen ejercicios adecuados en forma escalonada y progresiva. Inculcar esto en un muchacho que se acerca a un deporte es darle un objetivo, enfocarlo en algo que lo hará más sano. Si bien es un deporte que se desarrolla individualmente, se debe fomentar la noción de equipo, allí no soy solo yo y mi victoria o crecimiento, es el equipo el que adquiere jerarquía y su triunfo nos incluye como parte del mismo.
Me imagino que el hecho de que sea un crecimiento progresivo implica aceptar las derrotas como algo no solo posible sino casi indispensable en el camino a recorrer?
La retroalimentación puede tomar muchas formas diferentes, pero sin ella, los atletas no saben qué seguir haciendo ni cómo mejorar. Esta no siempre se expresa con palabras. Es fácil para los atletas reconocer el lenguaje corporal hostil de sus contrincantes. Los atletas jóvenes no saben instintivamente lo que necesitan hacer para rendir al máximo nivel y aquí es donde entra la retroalimentación positiva y constructiva que es justamente mi tarea. Hacer una lectura adecuada que cumpla una función sanadora de la derrota y a su vez potencie el desafío a nuevos combates.
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